No se trata de reemplazar personas por máquinas. Se trata de eliminar la fricción en las operaciones para que el personal pueda dedicar más tiempo a la hospitalidad, no al papeleo.
La industria hotelera siempre se ha centrado en brindar un servicio excelente, pero hoy en día, eso significa mucho más que solo buena comida y un personal amable. Los operadores de restaurantes se enfrentan a márgenes de beneficio cada vez más reducidos, escasez de mano de obra y expectativas de los clientes más altas que nunca. Los más inteligentes no solo se están adaptando, sino que también utilizan la IA y la automatización para transformar la gestión de sus negocios.
La IA es la nueva fórmula secreta en las operaciones de los restaurantes
Es fundamental que los tecnólogos y profesionales de la industria restaurantera comprendan que la IA es simplemente una nueva herramienta que puede facilitarnos el trabajo con las heurísticas que dominan nuestra vida cotidiana. Piensa en tu rutina matutina. Probablemente te despiertas y revisas tu teléfono para ver si tienes mensajes. Quizás prefieres revisar tu correo electrónico primero, todos los días. Este es un patrón fácilmente reconocible para las máquinas, y una tecnología avanzada podría automatizarlo al ofrecerte una notificación resumida de los correos electrónicos recibidos desde ayer. Deberíamos pensar en este tipo de patrones cada vez que decimos "IA".
Durante años, la tecnología para restaurantes se ha centrado en la velocidad y la eficiencia: pedidos más rápidos, mejor programación y pagos agilizados. Pero ahora, la IA está pasando de la trastienda a la primera línea del servicio.
En grandes cadenas como McDonald's, los sistemas de autoservicio con IA reducen los errores en los pedidos, predicen las necesidades de mantenimiento y reducen el desperdicio. Esto es fundamental en una industria donde cada minuto de inactividad cuesta dinero.
Para los restaurantes independientes, se aplica la misma eficiencia impulsada por IA. La programación basada en IA puede predecir las horas punta, optimizar los costos laborales y ayudar a los gerentes a anticiparse a la demanda, sin conjeturas.
Los dueños de grandes restaurantes dedican muchas horas de cada semana a realizar actividades que podrían (y deberían) automatizarse, en lugar de poder utilizar esas horas enfocándose en lo que hace que su concepto o negocio sea excepcional.